Los medicamentos para la AIJ pueden ayudar a reducir el dolor y la inflamación. Es posible que te encuentres ingiriendo medicinas para controlar la AIJ que incluyen:
- Fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como el ibuprofeno.
- Fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FARME) como el metotrexato.
- Corticosteroides como la dexametasona, metilprednisolona, prednisolona, o prednisona.
- Medicamentos biológicos, como el etanercept, adalimumab e infliximab. Estos medicamentos se usan a veces en jóvenes que no responden a otros medicamentos.
Estos medicamentos también pueden ayudar a reducir el dolor que causa de la AIJ. En esta página también aprenderás acerca de otras medicinas comunes que ayudan a manejar el dolor.
El programa en línea Toma las riendas: cómo manejar la AIJ no reemplaza el uso de los medicamentos y los tratamientos que ya te ha recetado el médico. Es importante que aprendas acerca de las medicinas que pueden ayudar a reducir el dolor. Conversa con tu médico acerca de estas opciones y decide en conjunto con él si se trata de algo que deberías probar.
Clases de medicamentos contra el dolor
A estas medicinas también se las llama analgésicos. Existen tres tipos principales de estos medicamentos:
- No opioides, como ser acetaminofeno y los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs).
- Los opioides, como ser la morfina.
- Los anestésicos locales o tópicos, tales como la lidocaína y la EMLA.
Comúnmente se utiliza un planteamiento por etapas para tratar el dolor.
Dolor leve: analgésicos simples
Los analgésicos simples como el acetaminofeno y los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) como ser el ibuprofeno pueden aliviar el dolor leve. También se pueden ingerir algunos calmantes suaves, de ser necesario. Sin embargo, no deberías tomar ibuprofeno si tu médico te ha recetado otro AINE.
Dolor moderado: opioides moderados
En el caso del dolor moderado, los analgésicos simples pueden utilizarse en conjunto con opioides moderados como el tramadol.
Dolor grave: opioides fuertes
En el caso del dolor más severo, los analgésicos simples pueden utilizarse en conjunto con opioides más fuertes como la morfina.
Estos medicamentos más fuertes normalmente se utilizan para combatir el dolor después de una cirugía. También se utilizan en algunos casos de dolor crónico que no responden a los tratamientos médicos estándar. Normalmente los opioides fuertes no se utilizan para tratar el dolor causado por la artritis.
Los opioides tienen efectos secundarios como la mayoría de los medicamentos. Estos incluyen: somnolencia, nausea, vómitos, constipación, picazón y respiración más lenta. Es importante analizar con tu médico los beneficios y los efectos secundarios de todos los medicamentos.
Los anestésicos locales y tópicos
Los anestésicos locales actúan en una parte específica del cuerpo. La lidocaína es un anestésico que se administra vía inyectable. Algunos anestésicos locales se aplican en la piel, en cuyos casos se los denomina anestésicos tópicos. La tetracaína y la crema EMLA son ejemplos de anestésicos tópicos. Estos contribuyen a entumecer la superficie de la piel y también reducen el dolor en el caso de pinchazos con agujas u otros procedimientos.
Otros medicamentos para el dolor
Existen otros medicamentos que se utilizan en casos de dolor crónico. Estos incluyen: los antidepresivos como ser la amitriptilina, los anticonvulsivos como el gabapentin, y los relajantes musculares como la tizanidina. Estas medicinas pueden mejorar el dolor ya que relajan los nervios y los músculos.
Cómo ingerir los analgésicos
Existe una forma correcta y una incorrecta de ingerir los medicamentos. El error más común que las personas cometen cuando ingieren analgésicos es no tomarlos prontamente. La mayoría de las personas esperan hasta que su dolor es realmente fuerte antes de tomarlos. Es más fácil prevenir que el dolor se transforme en algo imposible de manejar tomando los medicamentos de manera temprana (cuando el dolor es leve) y también de manera regular. También es posible que ingieras analgésicos simples como los antiinflamatorios antes de que tengas que realizar alguna actividad extenuante para prevenir el dolor y el entumecimiento.
Los medicamentos siempre deben ingerirse de acuerdo con las indicaciones presentes en el frasco o de la manera que lo haya indicado el médico. Demasiada cantidad de medicinas puede causar daños, pero si tomas menos de la dosis recomendada es posible que no funcionen.
Los medicamentos para el dolor funcionan mejor cuando se los toma combinados con estrategias físicas y de manejo del dolor.