Estas son posturas básicas de yoga que puedes intentar hacer para aliviar los síntomas de la AIJ. Estas posturas te enseñarán a relajarte y también te servirán de introducción a las posturas básicas de yoga, sobre las que se construyen el resto de las posturas.
La montaña (Tadasana)
Sitúate de pie, con los pies separados a la altura de las caderas, y el peso distribuido de manera uniforme sobre los pies. Mantén las rodillas estiradas, pero sin bloquearlas. Estira la columna vertebral hacia lo alto. Mueve y junta ligeramente los omóplatos. Baja el vientre y mételo suavemente hacia la columna. Inhala y exhala lenta, suave y regularmente nueve veces. Luego, mantente en esta posición y continúa respirando mientras sientes todo tu cuerpo, liberando la tensión del cuello, hombros, mandíbula, lengua, manos, glúteos y pies. Después toma aire otras nueve veces de forma relajada.
Beneficios – Enseña corrección postural y el lugar donde deben empezar las posturas: respiración tranquila, cuerpo fuerte y relajado.
Modificaciones – Puedes imaginar esta postura, estirar el cuerpo y liberarte, mientras estás sentado/a. También puedes tumbarte sobre la espalda e imaginar y sentirte como si estuvieras haciendo la postura de la montaña de pie.
Postura del cadáver (Savasana)
La postura de savasana te ayuda a relajarte y liberarte. Puedes hacerla antes de empezar con las posturas de yoga, entre medias y al final de cada sesión. Túmbate sobre la espalda, con los brazos extendidos y ligeramente separados de los lados del cuerpo y con los hombros relajados. Deja que los brazos y las piernas se separen los unos de otros. Siente la tensión liberándose de los músculos, y todo tu cuerpo liberándose hacia el suelo. Intenta dejar de controlar la respiración y tus pensamientos. Intenta permanecer tumbado/a sin moverte. Observa lo que ocurre con tu respiración, tu cuerpo y tu mente. Si te ves cambiando de postura o pensando en algo, trata de liberarte de ello. Sigue concienciándote de lo que está pasando ahora.
Beneficios – Aprender cómo entrar en un estado profundo de relajación mientras te mantienes despierto y alerta. Llegar a estar más conectado con tu cuerpo, mente y espíritu. En otras palabras, aprender cómo relajarte estando despierto.
Modificaciones – Sitúa almohadas bajo las rodillas y la cabeza para que esta postura sea más cómoda. También puedes sentarte en una silla, con los ojos cerrados, los pies en el suelo y las manos en el regazo con las palmas hacia arriba.